"El que no arriesga no gana", dijiste. (Microrrelato)

 -¿A qué le tienes miedo?, me preguntó. Y sus ojos marrones profundos se se encontraron con los míos. 

-A mi. A mi, enamorada de vos, no me conozco en ese estado. 

Se levantó de la cama, y se vistió mientras yo esperaba expectante su respuesta. Antes de irse se acercó, me besó en la frente y me dijo: 

-Todos tus estados son cautivadores. 

Cuando salió de la habitación, todavía no sabía como sentirme. Todo esto era nuevo para mi.  

Había anhelado experimentar esas sensaciones que vemos en las películas: las mariposas en la panza y la piel de "gallina", pero ahora no podía identificar que era lo que me provocaba esta situación. 

El misterio que Bruno significaba para mí, me producía tanta curiosidad como temor: ¿era capaz de lanzarme sin pensarlo tanto? 

""El que no arriesga no gana", dijiste "El que arriesga puede morir por amor" te dije y comprendiste que no iba a ser yo(...)" dicen Las Pastillas del Abuelo en una de sus canciones, y yo en ese momento me debatía por elegir una u otra frase para citar. 

Deseaba ser la heroína valiente del cuento, la que se juega al 100% y no depende de sus inseguridades y miedos. Quería usar mi ansiedad como motor para actuar y descubrir que no todo lo bueno sólo pasaba en mi imaginación. ¿Sería capaz? 

Con una sensación de caída libre, como la que experimentas cuando te tiras de un puente atado sólo a una soga, le escribí: 

-Quiero todo con vos. Seguir siendo yo y conocer mi nueva versión, la de Isa enamorada. 


Podes acompañar este relato con buena música Loco por volver a verla - Las Pastillas del Abuelo






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